Obras misioneras de la Congrégation de Notre-Dame – Camerún : entrevista con Hermana Solange Monfet
La Hermana Solange Monfet evoca su experiencia de misionera de la Congregación de Notre-Dame en África.
Ella relata que arribó a Camerún junto a cinco compañeras en 1970. Junto a tres de ellas, ella trabajó en el colegio de Makak. Por entonces, luego de 10 años de independencia, Camerún se encontraba en plena evolución. Las jóvenes deseaban estudiar para ocupar los cargos en la función pública que habían quedado vacantes a causa de la partida de los europeos.
Pero teniendo en cuenta que en la cultura africana de la época, toda mujer estaba confinada a las tareas domésticas, era difícil para las estudiantes imaginar que una religiosa, aún de la Congregación de Notre-Dame, pudiera impartir la docencia con la misma calidad que un hombre. Las hermanas aceptaron el desafío.
La Congregación había escogido Camerún con el objetivo de aumentar para las jóvenes el acceso a la educación. En igual sintonía, para demostrar que las mujeres podían tener su lugar en la sociedad. Al respecto, los progresos fueron considerables con el paso del tiempo.
La Hermana Monfet señala que además de la docencia, las hermanas trabajaron en el desarrollo de otros emprendimientos. Por ejemplo, alentaron las actividades de las agrupaciones juveniles como Jeunesse du monde. De allí emergieron proyectos de construcción de casillas o chozas destinadas a los leprosos. Contaron también, con la ayuda financiera de organizaciones como las Obras del Cardenal Léger y Desarrollo y Paz, para llevar a cabo el proyecto de perforaciones de pozos artesanos. Viendo el éxito del proyecto, el gobierno camerunés se implicó en su ejecución, de modo que en la actualidad todos los pueblos cuentan con pozos.
La Hermana Monfet menciona finalmente, que la Congregación promocionó las cooperativas para la instalación de molinos de cereales. Esta experiencia fue muy provechosa pues actualmente, los molinos se han multiplicado en todo el país.
